Polis: Fight for the hegemony
Este pasado martes pude volver a jugar a este juego temático para solo dos jugadores. Es una mezcla de wargame con gestión de recursos muy innovador aunque es un juego denso con una duración de partida que ronda las tres horas.
Hay dos bandos en juego: Esparta y Atenas. El objetivo del juego es tener más puntos de prestigio que tu rival al final de la partida pero los puntos de prestigio es lo que se usa para activar tus tropas militares así que no interesa malgastarlos.
Se juegan cuatro turnos denominados #3, #4, #5a y #5b. Esta nomenclatura indica cuantas tropas juntas puedes tener cada turno, de forma que al inicio del juego solo puedes tener tres tropas como máximo. Esto influye en que no puede haber combate, solo hay combate cuando hay 8 unidades en una casilla, sino también en que cuando se cobran tributos en las provincias se reparten tus tropas sobre la casilla de la provincia para recoger el botín (cuanto más tengas más obtienes). Al inicio de cada turno se saca una carta de evento que modifica lo que ocurres sobre el tablero, estas cartas son variadas y pueden afectar a una potencia o a las dos.
Los recursos son metal para crear hoplitas (soldados), madera para crear barcos, vino y aceite que se usa para comerciar, plata que es como el comodín además de necesario para los proyectos. Y el más importante que es el trigo que se usa para alimentar tus unidades en las ciudades y poder producir más.
Al principio del juego controlas unas pocas ciudades pero te interesa expandirte ya que para cobrar tributos en las provincias necesitas controlar una ciudad allí. Al principio del turno surgen unos proyectos, estos te proporcionan prestigio pero solo pueden ser llevados a cabo en las ciudades que permitan ese tipo de proyectos. Y si pierdes la ciudad pierdes el proyecto también. Dentro de la ciudad tienes fichas que representan a la población que puedes usar para crear más tropas (barcos, hoplitas o comerciantes) pero al final de la partida esas fichas es lo que te otorgarán puntos de prestigio.
Al inicio de cada turno puedes gastar el trigo sobrante, tras alimentar las fichas que tengas en la ciudad, para crear más población. Cada ciudad tiene un índice de crecimiento pero en aquellas ciudades en las que superes la población inicial te proporcionan un punto extra de prestigio. Eso provoca que algunas ciudades pequeñas sean muy buenas por este suceso.
El combate es casi obligatorio ya que es una forma de obtener prestigio pero según si este tiene lugar en tierra o mar la ventaja inicial corresponde a un pueblo u otro. Esparta tiene la ventaja del combate terrestre y Atenas en el combate marítimo.
Se usa un mazo de cartas donde hay creo que cuatro tipos distintos de unidades de combate más dos cartas comodín. Hay unidades que tienen distinto valor de prestigio pero en las cartas te indica el número que hay de cada unidad para que vayas calculando las posibilidades o recuerdes lo que ya ha salido. Si el defensor no tiene la misma unidad que tú pierde una unidad, y además te llevas la diferencia de prestigio a tu favor. Se juegan dos cartas por ronda, el atacante escoge primero y el defensor va después. El siguiente turno se cambia el orden hasta que el defensor solo tenga dos unidades, se acabe el mazo de cartas o alguien se retire pagando un punto de prestigio.
Por lo general estos combate están más destinados a obtener prestigio para seguir jugando u obtener el control de una provincia. Pese a tener la ventaja de atacar primero tampoco eso asegura la victoria, y se puede dar el caso de que ganes el combate pero obtengas poco honor o menos que tu rival.
Las tropas no solo combaten entre si sino que también asedian ciudades. Debes tener el control de la provincia, contando con más tropas que tu rival, para poder hacer un asedio que consiste en lanzar un dado d4 y sacar lo mismo o más que el valor de la ciudad. La mayoría tienen valor 2 o 3, y hay unas pocas que tienen valor 4.
Aparte de las tropas militares (barcos y hoplitas) también tienes al proxeno. Una especie de diplomático que te permite adquirir ciudades pagando en plata. El valor de la ciudad por dos pero el rival puede secuestrarlo, para ciudades de valor alto es una opción segura para conquistarlas.
También esta el comerciante, este te permite vender tus recursos para obtener plata o trigo. A medida que avanzan los turnos se abren puertos comerciales más importantes que permiten comerciar con mayor cantidad de recursos pero el precio de los artículos comerciados sube tras cada transacción por lo que necesitas más recursos para poder hacer el intercambio. Comerciar con plata te permite bajar el precio de esos artículos.
En definitiva, es un buen juego de gestión de recursos con mezcla de wargame pero no es apto para jugadores noveles debido a su complejidad. Si no estás habituado a jugar a juegos de mesa te puede asustar un poco pero a medida que te pones a jugar