[Ratas en las paredes] Malos hábitos

En teoría esta era una partida de una sesión, pero nos ha llevado tres completarla. Aún así, muy buena partida y hemos conseguido acabarla y sobrevivir todos los personajes. La jugamos online, usando Jitsi para la videollamada, Watch2Gether y Daditos.

Momento exacto en el que Ortiz decide liarla

La partida empieza en verano de 2018, con una tremenda ola de calor descubrimos el cuerpo sin vida de una joven desnuda en un barrio de mala muerte llamado Plainfield. Los inspectores Lewis y Ortiz nos personamos en el lugar del crimen, donde los agentes patrulleros Morgan y Amstrong mantienen el cerco al lugar a la espera de que llegue la forense Tucker.

A lo lejos se vislumbra un edificio grande, casi como si fuera un castillo en lo alto de este lugar de mala muerte. Al preguntar a los patrulleros descubrimos que se trata de un convento de monjas. Y tras una primera inspección de la victima, falleció de una herida en el abdomen, acudimos directamente al convento. Allí descubrimos que solo hay 11 monjas en el lugar, pero no parecen estar muy dispuestas a colaborar en la investigación. De hecho, la madre superiora llamada Abigail se refiere a los habitantes de Plainfield como «escoria humana».
Sin embargo, una joven novicia llamada Mary parece estar dispuesta a hablar, deberíamos hablar con ellas a solas ya que la madre superiora no nos deja hablar en privado con las monjas.

Las monjas nos echan del lugar, nos instan a acudir con una orden judicial si deseamos su colaboración. Me parece sospechosa su actitud, así que nos repartimos. Morgan y yo (Lewis) acudiremos en busca de información a una mujer que vive cerca de donde se halló el cadáver; Ortiz y Amstrong vigilaran el convento; Tucker acudirá al centro forense para adelantar la autopsia.

La investigación con la vecina nos descubre que se trata de una prostituta. Pero nos pone en la pista de otra prostituta llamada Bonnie, esa señora mayor es muy conocida. Y en efecto, gracias a ella descubrimos que la victima se llamaba Isabella, que era una prostituta por aquí desde hace dos años, y que también tenía buen corazón, una buena samaritana y católica. Así que conseguimos la dirección de la víctima, se trata de un pequeño bloque de apartamentos que regenta la tía Agatha. Allí viven prostitutas, pero conseguimos averiguar que hacía más de dos meses que no se la veía, así que su apartamento ha sido realquilado.

Mientras tanto Tucker tiene más suerte con la autopsia. Estaba enferma de gonorrea, la herida mortal fue provocada por un cuchillo, herida violenta, y además encuentra algo en la garganta de la víctima, un crucifijo. Es en ese momento cuando algo no encaja, el crucifijo es invertido. Pero ahí nos damos cuenta de que en el convento no vimos apenas signos religiosos, y es cuando Ortiz recuerda que la madre superiora llevaba la cruz invertida también.

Entonces se produce un asalto al convento, armados con pistolas y escopetas. Ya que pese a la ola de calor intenso que asola el lugar, en el convento hay un aire gélido acompañado de un coro femenino que recita versos en un idioma desconocido.

Así que allí entramos, eliminando monjas a disparos, hasta que al llegar al patio vemos que están sacrificando a una mujer. Así que conseguimos eliminarlas a todas menos usa, y así evitamos que lograran lo que estaban haciendo. Fuera lo que fuera, porque no pintaba nada bien. Y junto al cuerpo de la madre superiora nos encontramos con un libro y una estatuilla misteriosa.

Grandes frases de esta sesión de juego:

– Son satánicas… ¡Y de Carabanchel!
– Dispara primero, ¡Pregunta después!
– Vale que son mujeres santas y tal, que son monjas… pero son malas. ¡Mátalas!
– No llevábamos el chaleco amarillo del avión, este es antibalas.

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