[Actual Play] Aquelarre: El rescate

Esta actualización llega con mucho retraso pero es que hace tiempo que no me paro delante del pc con esa complicada combinación de «Tiempo y Ganas» para ponerme a escribir. Tras nuestras anteriores aventuras haciendo el camino de santiago, nos hayamos cruzando las tierras norteñas en dirección hacía burgos en ese entretiempo que transcurre tras el final del verano y el principio del otoño, con la intención de cruzar esas frías tierras cuando antes pero aún sufriendo las inclemencias del clima cálido. Esa tarde, el sol pegaba de espanto y el grupo estaba sediento y cubierto de sudores. En eso que abandonamos una población llamada «Puerta de la Reina«, y allí hayamos una taberna llamada «El Charlingoa«, nombre que se le da a un perro de caza pero también a una criatura mestiza entre ser humano y diablo. Pero nuestra boca sedienta y el calor acumulado nos invitan a entrar, hayamos un lugar discreto y modesto regentado por un amable parroquiano que se alegra al vernos, pero más aún al ver nuestro dinero.

No os confiéis, su aspecto era tan aterrador que no me he atrevido a mostrarla.
Era aún peor.

Así que mientras corre el vino para apaciguar nuestra sed aprovechamos para comer un delicioso estofado. Una vez más calmados, y disfrutando tranquilamente de la sobremesa, una mujer que estaba sentada en una mesa alza la voz pidiendo socorro ya que ha sido secuestrada por los caballeros que la acompañan. Nuestro deber como buenos ciudadanos, y tal vez algo envalentonados por el consumo de alcohol, es socorrer a la dama. La pelea es breve, y bastante fácil a nuestro favor, ya que nuestra fuerza y mayor número consigue rápidamente la ventaja que provoca su rendición. Y damos gracias por la celeridad porque la mujer del posadero, la cual nos daba miedo mirarla, se dirigía hacía nosotros con un rodillo en mano que dejaba en ridiculo al clásico mandoble que usaría un guerrero bárbaro como conan.

La historia que acompaña a la dama parece sacada de un relato de caballería pues doña Ana de Fonsalva, que  así se llama ella, es hija del señor local llamado Don Pedro de Fonsalva, y esta confinada en una torre por orden de su padre. Su delito fue enamorarse de un goliardo (el equivalente a un tuno de la época) llamado Erramun (Er Ramon para el resto de jugadores en lo que duro la partida). Ella debe acudir al monasterio de Irache para encontrarse con su enamorado con la intención de casarse pero su padre con el resto de sus caballeros se diriguen a esta posada a recogerla, pues la muchacha había escapado anteriormente. Rápidamente nos ponemos en marcha azuzando a los caballos y vigilando nuestra retaguardia. La senda nos deja en un destartalado puente donde unos zarrapastrosos nos piden limosna. Mi personaje, sancho el sanador, se ofrece a darle la moneda al hombre a cambio de que cruce el puente. El mendigo avanza unos pasos, el máster tira los dados y se echa a reir, el puente se viene abajo junto con él pobre hombre. Con la ayuda de los mendigos logramos pasar varias cuerdas por el resto del puente y cruzar todos. Por desgracia el agua fría, y una inmersión no deseada, provoca una pulmonía en mi personaje. Si, ironicamente resulta que yo soy el curandero del grupo. En esto que avanzamos por el camino rápidamente, tenemos una ventaja importante para poder llegar hasta el monasterior de irache pero hayamos una pequeña caravana de mercaderes y buhoneros por delante, que avanzan cargando con una retahila de mulas. Nuestro gran comerciante obtiene una tela veneciana y su silencio sobre nuestra presencia por «sólo» unos 300 maravedís. Todo eso mientras sancho no deja de toser y pedirle al grupo que avancen con celeridad en lugar de parar a mirar las tiendas como si fueran mujeres en rebajas. Cuando pensamos que nada más se cruzaría en nuestro camino nos hayamos con unos caballeros que custodían la zona, obviamente siervos de don Pedro de Fonsalva. Nuestra elocuencia pone a prueba nuestra paciencia, el judió no atina con las palabras y cuando los caballeros están ya pensando en registrar el carro, pesé a mis toses y una excesiva flema sangrienta, entonces el judío tiene la gran idea. – ¡Buscamos putas pero no me atrevía a preguntarselo a ustedes por ser gente distinguida! Los soldados se rien y se relajan, nos escoltan parte del camino y nos aconsejas sobre por quien preguntar en el prostibulo, así como afirmar que vamos de parte de uno de ellos para que nos traten bien ya que la presencia del moro y el judío pueden no ser del agrado de la gerencia del local. Y cuando nos hayamos cerca del monasterio de irache es cuando aparece don Pedro de Fonsalva. Con sus caballeros avanzan en formación de V, con él en el centro y sus hombres por los flancos (tres a cada lado). Don carlos de mayoral, nuestro mecenas y líder del grupo mete a doña ana en un caballo y la insta a que avance todo lo que pueda en dirección al monasterio mientras nosotros frenaremos su avance. Con el carro en el centro del camino y nosotros puestos a su alrededor con más intención que otra cosa pues esos hombre visten armaduras, cabalgan buenos caballos y portan áceros afilados. Y entonces ocurre una de esas cosas que se convierten en grandes anecdotas, y que solo pasan muy de vez en cuando en cuando. El gran hugo, el enorme perro de don carlos, avanza hacía el caballo de don pedro y lo hostiga con sus ladridos y mordiscos. Don pedro intenta dirigir al caballo pero este se encabrita poniéndose sobre dos patas y lanza su jinete al suelo. Entonces nuestro joven paco (que en realidad se llama estrella pero viste como un hombre) se abalanza sobre él y le pone su cuchillo al cuello haciéndole ver cuan práctico sería en este momento una rendición.

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Los soldados se frenan al ver a su jefe en peligro, pero don pedro esta rabioso. Sin embargo accede a finalizar este desagrado entre nosotros con un juicio por combate. Nuestro campeón contra él mismo, así que el moro ibrahim que se había auto-impuesto como el protector de doña ana (todos sabemos que lo hizo para llevarsela al huerto)  se ofrece voluntario para el combate. Y mientras nosotros, los jugadores, decimos aquello de: – «Dos hombres entran, uno sale«. El combate tiene lugar y vence nuestro campeón, menos mal. Pero fue un gran momento para descubrir como se usa la suerte en aquelarre xD Tras vencer obtenemos la promesa de don pedro de volver a su castillo mientras nosotros nos dirigimos al monasterio de irache, pero doña ana no se encuentra aquí. Allí, nuestro querido manecho que es gallego de nacimiento se encuentra con uno de los frailes que también es gallego. Así que mientras ellos hablan en su gallego natal, usando el castellano con un forzado acento que solo provoca que los demás nos caígamos al suelo de risa, el fraile nos cuenta la verdadera historia de lo ocurrido. Er Ramon enamoro a la doncella pero su amor no fue aturoizado por el padre así que para disuadir al goliardo se le dió una paliza brutal y lo dieron por muerto. Ella se volvió loca buscándolo mientras él huyo del lugar, así que el padre la encerro en un convento aunque ella siguió escapandosé. Dos días después hayamos el cuerpo fallecido de doña ana, al parecer cayo desde bastante altura en una zona montañosa.

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